Como dijo Christopher McCandless: “La felicidad solo es real cuando se comparte”. Tener un/a compañero/a con quién compartir los riesgos, dificultades y retos que afrontarás cuando hagas autostop mejora sin duda la experiencia. Eso si puedes encontrar a la persona adecuada, claro.
Estando sólo, la principal ventaja de hacer dedo es que puedes viajar algo más rápido y según tus propias condiciones. Comes cuando tienes hambre, duermes cuando estás cansado y te rindes cuando has perdido la esperanza, sin tener que preocuparte por las necesidades de otra persona. Además, si estás solo tienes la oportunidad de que te recojan en uno de esos lujosos deportivos biplaza, algo que siempre es divertido.
Sin embargo, aunque viajar en solitario es agradable en muchos sentidos, la verdadera alegría de hacer autostop es hacerlo junto a otra persona. Los viajes de larga distancia serán mucho más amenos si puedes encontrar a alguien con una perspectiva positiva que tenga una tolerancia similar a la tuya ante la incomodidad, aunque solo sea porque así podrás turnarte con tu compañero a la hora de entablar conversación con el conductor y descansar mientras la otra persona toma la palabra.