Nota final

Ya está, has llegado al final de la guía. Hemos hablado de quién debería hacer autostop (todo el mundo), por qué deberías elegir hacerlo (porque es una aventura) y de los cuatro mandamientos del autostop. Hemos recorrido paso a paso todo el proceso de hacer autostop, desde la planificación, pasando por el equipaje, hasta llegar a tu destino. También hemos hablado de cómo vivir cómodamente en la carretera: cómo dormir, comer, ganar dinero y viajar con seguridad. Ahora es el momento de dejar este libro, salir a la calle y poner en práctica estos consejos. El mundo entero te está esperando.

Hay algunos autoestopistas experimentados que, cuando les dije que estaba escribiendo una guía sobre el autostop, me preguntaron "¿Por qué?". Para ellos, hacer autostop es un acto tan sencillo que escribir una guía carecía de sentido. Y la verdad es que puedes ignorar todos los consejos de este libro, salir por la puerta de casa, estirar el pulgar en la carretera más cercana y probablemente llegarás a donde quieras. Si olvidas mis consejos, o si no estás de acuerdo con ellos, no pasa nada. Si salieras, hicieras todo lo contrario a mis recomendaciones y aun así tuvieras una buena experiencia, no me sorprendería. Lo que has aprendido en esta guía no es más que mi método para hacer autostop, que he descubierto a base de ensayo y error. Estos métodos me han permitido viajar rápida, cómoda y felizmente - pero los mejores métodos para ti pueden ser diferentes. El mundo tiende a recompensar a las personas positivas a las que no les importa cambiar un poco de comodidad por mucha aventura, hagan lo que hagan.

Si nunca has hecho autostop, espero haberte dado una visión honesta de lo que se siente en la carretera. No te desanimes si, a veces, este libro parece centrarse más en los riesgos y desafíos del autostop. El mero hecho de ser consciente de ellos puede ayudarte a afrontarlos antes de que se conviertan en un problema. La gran mayoría de las veces, hacer autostop es una experiencia asombrosa y gratificante, y casi todos los viajes se terminan con la satisfactoria reafirmación de que, después de todo, los seres humanos somos esencialmente buenos.

Un viaje de mil millas empieza con sólo un pulgar.

¡Buena suerte!