Imagina, por un momento, comer platos deliciosos y saludables de una calidad muy superior a la que la mayoría de la gente experimenta incluso en los restaurantes más caros. Sabrosas verduras cosechadas sólo unos minutos antes de aparecer en tu plato; suculenta carne de animales que vivieron felices sin ser tocados por la infestada miseria de las granjas industriales; platos preparados con cariño por hábiles cocineros cuyos secretos se han transmitido de generación en generación. Se puede comer gratis todos los días. Imagina que pasas el tiempo respirando aire puro en un hermoso campo, disfrutando de una rutina relajada que te permite centrarte en tu propio enriquecimiento. El ejercicio físico es una parte fácil y natural de tu vida y te sientes más sano cada día. Formas parte de una comunidad que se preocupa por ti y te educa en sus habilidades y conocimientos de forma gratuita. Estás rodeado de personas de todas las edades que disfrutan de sus propios viajes; otros viajeros con cuyas historias te identificas y que parecen entenderte mucho mejor que tus amigos de casa. No pagas nada por vivir estas experiencias.
¿Es este el paraíso? ¿Una utopía comunista? ¿Un culto pseudo-espiritual? No, es simplemente un voluntariado para conseguir comida y cobijo. Y si se utiliza en combinación con el autostop, podría permitirte viajar indefinidamente prácticamente sin dinero mientras vives con una calidad de vida muy superior a la que tendrías si trabajaras en casa. Por supuesto, cada puesto de voluntario tiene sus defectos. Pero la descripción anterior no está tan lejos de la verdad: el voluntariado es uno de esos tratos tan buenos que cuesta creer que realmente exista.
Entender el trabajo voluntario
El voluntariado para obtener alimentos y refugio funciona así: te inscribes en una página web que contiene una lista de granjas ecológicas, comunidades y otros proyectos que buscan voluntarios. Hay miles de ellos en todo el mundo. Buscas en la lista un proyecto que te interese. Una vez que hayas encontrado un proyecto que te guste, envía un correo electrónico o llama por teléfono a las personas que gestionan el proyecto y concierta una visita. Puede que te entrevisten por teléfono, pero es algo muy informal.
Una vez en el proyecto, tendrás que trabajar entre 25 y 30 horas a la semana. A cambio, te darán toda la comida que puedas comer, un lugar donde dormir y te enseñarán muchas habilidades nuevas y valiosas. No tienes obligación de quedarte mucho tiempo, así que, si no te gusta el trabajo, puedes irte inmediatamente. Lo normal es quedarse de 2 a 4 semanas en un proyecto, resulta perfecto para viajar.
El trabajo en sí mismo depende del proyecto que elijas, pero lo que puedes esperar es conrear vegetales, atender a los animales, utilizar cierta maquinaria, pintar, demoler, construir, cocinar, quitar la maleza y cortar leña, entre otras actividades. Normalmente es trabajo satisfactorio con una recompensa inmediata. La mayoría de los proyectos son granjas o pequeñas comunidades, pero también puedes ofrecerte voluntario en barcos, en casas familiares y en hostales. Puedes elegir dónde ofrecerte voluntario, por lo que tienes mucho control sobre el tipo de trabajo que terminarás haciendo.
En la mayoría de países, no necesitas un permiso de trabajo para hacer de voluntario, lo que significa que no importa cuál es tu status como viajero (de todos modos, investiga antes). Tampoco necesitas ningún tipo de cualificación académica, aunque sí debes mostrarte trabajador y entusiasta. No hay restricciones de edad, pero la mayoría de voluntarios suelen tener entre 17 y 30 años.
No obstante, existen algunos inconvenientes que hay que mencionar. Nunca cuesta dinero unirte a un proyecto, pero sí tienes que pagar una pequeña tasa para acceder a las webs que te ponen en contacto con sus gestores. La mayoría de proyectos requieren que formes parte de una vida en comunidad: esto significa que compartirás tu espacio vital y se esperará de ti que contribuyas con las tareas, así como se dará por hecho tu participación en las actividades sociales fuera de las horas de trabajo. Vivirás con gente de todo tipo, con distintas creencias y actitudes, por lo que resulta esencial que mantengas la mente abierta.
Tampoco puedes esperar ganar dinero mientras haces voluntariado, aunque es posible que te paguen una pequeña cantidad si permaneces en el mismo proyecto el tiempo suficiente. Si estás intentando ahorrar para futuros viajes, deberás buscar un trabajo pagado. Sin embargo, en ocasiones, puedes convertir una posición de voluntario en una de pago.
Debería enfatizar que necesitas escoger cuidadosamente aquellos proyectos con los que sientas mayor afinidad. Por ejemplo, las personas vegetarianas quizá prefieran evitar las granjas orgánicas de carne. Los ateos convencidos probablemente deban evitar comunidades marcadamente religiosas. Sin embargo, la mayoría de proyectos son muy honestos con sus creencias y su estilo de vida, por lo que es fácil encontrar alguno acorde a tus gustos. Por supuesto, existen comunidades que tratan mal a sus voluntarios - merece la pena contactar por correo electrónico con algunos exvoluntarios para hacerte una idea sobre si vas a estar a gusto o no en ese lugar.
Hacer voluntariado es una herramienta extremadamente valiosa, y a largo plazo, para el autoestopista. Usada correctamente, puedes encontrar a personas con perspectivas similares a las tuyas con las que continuar tu viaje, obtener muchas habilidades nuevas, experimentar un estilo de vida mucho más sano y placentero que el que las personas que trabajan a jornada completa ansían conseguir. Sin embargo, aunque te puedas beneficiar considerablemente del voluntariado, recuerda que hay que poner el énfasis en dar, no tanto en recibir. No te aproveches de la generosidad de un anfitrión. Sé siempre considerado y sigue las reglas por las que ellos rigen sus vidas mientras estás ahí.
Algunas páginas web para encontrar trabajo como voluntario son: WWOOF.net, Helpx, y Workaway. Si nunca has hecho voluntariado, te lo recomiendo encarecidamente, prácticamente es la universidad del viajero.