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Los cuatro mandamientos del autostop

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1. Harás autostop durante el día

Permitidme empezar diciendo lo siguiente: hacer autostop por la noche no merece la pena. Cuando se pone el sol, tu día de autostop ha terminado. Acéptalo. Donde estés es donde vas a pasar la noche, a menos que quieras ir andando o en transporte público a otro sitio.

Los transeúntes que circulan por las carreteras de noche corren un riesgo mucho mayor que los que lo hacen de día. Es más probable que los conductores estén cansados y que sea más difícil verte. Hacer autostop exige, a menudo, situarse en lugares donde los conductores no esperan encontrarte, y tratar de utilizar las farolas para ser más visible suele significar situarse más cerca de la carretera de lo que se consideraría seguro durante el día. También puede aumentar el riesgo de tener que enfrentarse a conductores ebrios.

Con menos luz para verte, a los conductores les resultará más difícil juzgar si quieren o no dejarte subir a sus vehículos. Si solicitas que te lleven cerca de la calzada durante la noche, algunos conductores pueden tener la impresión de que prestas algún tipo de servicio ilegal: los ciudadanos que respetan la ley serán menos propensos a recogerte, y los que no la respetan tanto pueden esperar más de lo que estás dispuesto a dar a cambio de recogerte. La oscuridad también dificulta que puedas juzgar bien a las personas que paran por ti, ya que los vehículos no suelen disponer de una buena iluminación interior.

Obviamente, estas cosas no son un problema si la oscuridad cae cuando ya estás dentro de un vehículo. Sin embargo, cuando esto ocurra, debes ser más consciente de lo que te rodea. No pierdas de vista adónde te lleva el conductor e intenta no salir del vehículo en zonas industrializadas o en áreas urbanas que tengan un aspecto abandonado. Cuando se sale del vehículo una vez que ya ha anochecido, en ocasiones, encontrar un lugar seguro para comer y dormir también puede resultar algo más difícil.

Hay muchos problemas a los que no tienes que enfrentarte si tomas la sencilla decisión de dejar de viajar una hora antes de que se ponga el sol. No obstante, si decides hacer autostop de noche, recuerda colocarte un par de metros por detrás de cualquier fuente de luz bajo la que te encuentres para asegurarte de que tus facciones no proyecten sombras ominosas sobre tu cara.

2. Tendrás buen juicio

Hacer autostop puede ser un trabajo duro, dar un poco de miedo y requerir mucha energía social. Y no hay casi nada más refrescante que una cerveza fría en un día caluroso, seguida de otra para infundirte valor y una tercera para soltarte la lengua. Ya sabemos que, como autoestopista, eres el tipo de persona que está dispuesta a actuar al margen de las normas que rigen la sociedad; así que, ¿qué tiene de malo llevar contigo un poco de marihuana (medicinal, por supuesto) para aliviar el tedio de estar de pie al borde de la carretera durante horas? Sería una pena desperdiciar toda esa cocaína...

Desgraciadamente, el consumo de estupefacientes, tanto legales como ilegales, reducirá en cierta medida tu capacidad de juicio. El mal criterio puede convertir rápidamente cualquier experiencia segura y agradable en una peligrosa, y esto es especialmente cierto en el caso del autostop. Los efectos secundarios de los estupefacientes comunes también pueden ser muy desagradables en el contexto del autostop: fuertes ganas de ir al baño, paranoia, menor capacidad para ser coherente o entender a los demás, mayor letargo o incluso fuertes deseos de seguir moviéndose pueden arruinar fácilmente la diversión del autostop.

Esto no es un discurso antidroga. De hecho, si tienes una opinión especialmente contraria a las drogas, quizá deberías plantearte no compartirla mientras viajas. Mucha gente asume que los autoestopistas son de mente abierta en lo que respecta a las drogas. No es raro que te recojan con la expectativa de que compartirás un poco de hierba con ellos, y tampoco lo es que algún conductor ya esté bajo la influencia de estupefacientes. La idea de recoger a autoestopistas suele gustar bastante a los borrachos y no es extraño que algunos camioneros amplíen su distancia operativa con el uso de estimulantes ilegales. En estas situaciones, te corresponde a ti darte cuenta de las circunstancias antes de subir al vehículo o, en su defecto, tomar la decisión de permanecer o no en su interior una vez esto sea evidente. Algunas drogas perjudican al conductor más que otras y algunos conductores se comportan de forma más errática al consumir estupefacientes que otros. Debes emitir un juicio. A todo esto, la gente que está bajo los efectos de las drogas a menudo intentará compartirlas contigo en algún momento; para mí, la ligera pérdida de compenetración que supone no aceptar su oferta merece la pena ya que me permite tener la certeza de que no me dejaré llevar y perderé el control de la situación.

En la mayoría de los casos, permanecer sobrio y ser discreto con lo que uno lleva encima hará que el autostop sea una experiencia positiva para todos. Ten en cuenta que, en algunos países, el mero hecho de tener un recipiente abierto de alcohol al alcance de un conductor constituye un delito, y no sería de buena educación corresponder a la amabilidad de alguien que te ha recogido con cargos criminales.

3. Respetarás las normas de seguridad vial

Entiendo que algunos lectores empiecen a sospechar que esta guía fue escrita por su madre. Esos lectores deberían considerarse afortunados de que sus madres les dieran tan buenos consejos para hacer autostop. Además, ordena tu habitación.

La mayoría de las personas que nunca han hecho autostop se centran en el "peligro desconocido" como principal motivo de preocupación. Estamos familiarizados con las carreteras, sabemos lo que es ir en un vehículo y, por lo general, no nos preocupa sufrir daños por viajar en coche, ni siquiera cuando pasamos despacio por delante de un accidente y estiramos el cuello para ver la gravedad de las heridas.

Sin embargo, en mi opinión, el riesgo más importante que se corre al hacer autostop es el riesgo de sufrir lesiones corporales por no respetar las normas de seguridad vial. Hay muy pocos estudios que nos sirvan para comparar el riesgo de sufrir lesiones por accidentes de tráfico con el riesgo de ser víctima de un delito por hacer autostop. Los dos únicos estudios creíbles sobre los riesgos de hacer autostop -un estudio de la policía de carreteras californiana de 1974 y un estudio de la policía federal alemana de 1989- concluyeron que el riesgo real de ser víctima de un delito como consecuencia de hacer autostop es mucho menor de lo que generalmente se percibe, y no particularmente mayor que el riesgo al que se enfrentan los ciudadanos normales. Por otro lado, solo en 2013 se registraron 185.540 heridos en accidentes de tráfico en el Reino Unido. Desgraciadamente, no existen estudios modernos que investiguen los peligros de hacer autostop, quizá porque los autoestopistas víctimas de delitos son escasos y poco frecuentes.

Así que preocúpate menos de los conductores y más de los coches. La seguridad vial penetra en todos los aspectos del autostop, y siempre debes ser consciente de los riesgos que corres al ponerte cerca del tráfico. Consulta la sección "Encontrar un buen sitio" para obtener consejos más detallados, pero los básicos son los siguientes: no distraigas indebidamente a los conductores, ni cuando estés en el arcén ni cuando estés dentro de sus vehículos; concede el tiempo suficiente a los conductores para que te vean; por ejemplo, no hagas autostop inmediatamente después de un giro ciego; y asegúrate de que los vehículos puedan detenerse y arrancar con seguridad cuando te recojan; esto significa que deben tener mucho espacio, y que las carreteras con un límite de velocidad superior a 50 m/h o 80 km/h suelen ser inapropiadas para hacer autostop.

Lo más importante es ser consciente del peligro real que entraña pasar el rato en las carreteras: no permitas que la familiaridad te induzca a una falsa sensación de seguridad.

4. Participarás en la cadena de favores

Ya he mencionado que una de las cosas más bonitas de hacer autostop es que ganas algo sin llevarte nada. Los vehículos en los que viajas están en la carretera de todos modos y el aumento del consumo de gasolina que supone una persona más es nimio. Aun así, si quieres ser un buen autoestopista, tienes que dar algo a cambio del viaje. Existe una especie de contrato tácito que aceptas al subirte al vehículo de alguien: esa persona te acercará a tu destino y tú le proporcionarás buena compañía. Es un intercambio justo.

Si te subes a un vehículo e inmediatamente te quedas dormido, o no entablas conversación, o te enzarzas en una discusión, o actúas de forma inapropiada, entonces no estás cumpliendo tu parte del trato y deja de ser un intercambio justo. Una vez en el vehículo, tu única misión es hacer que el conductor y los pasajeros se sientan lo más cómodos posible y entretenerlos durante todo el viaje.

Pienso en esta responsabilidad a través del paradigma de "cadena de favores". Esencialmente, si dejo el vehículo de alguien y siento que esa persona estará aún más dispuesta a recoger al siguiente autoestopista que vea, entonces sé que he conseguido hacerle buena compañía. Si abandono el vehículo de alguien y es menos probable que recoja al siguiente autoestopista, entonces he fracasado. Lo bueno de esta regla es que no sólo proporciona experiencias positivas inmediatas a los autoestopistas a corto plazo, sino que también hace que el autostop sea más fácil y agradable para todos a largo plazo. Haz un esfuerzo consciente por dejar a los conductores en un estado mejor del que los encontraste.

Estos cuatro mandamientos son los fundamentos para ser un buen autoestopista. Si los sigues, mejorarás tu experiencia al hacer autostop y reducirás algunos de sus peligros inherentes, aunque el peligro, por supuesto, nunca se eliminará del todo. Ahora que entiendes lo que constituye la buena etiqueta del autoestop, es hora de aprender los métodos y estrategias específicos que te convertirán en un autoestopista de éxito.

Written by
Chris Drifte
Translated by
Anna Florensa Capitan